Siempre Alice. Lisa Genova 2018: ¿Tu qué harás para protegerte de la Enfermedad de Alzheimer?

Siempre Alice, el mejor libro sobre Alzheimer, escrito por Lisa Genova: Yo ya estoy empezando a crear nuevas carreteras neuronales, ¿y tu?

Según la Neurocientífica y autora de «Siempre Alice» Lisa Genova, Alzheimer no tiene por qué ser el destino de nuestro cerebro.

¿A cuántos nos gustaría vivir hasta los 80 años? Creo que todos tenemos la esperanza de vivir hasta esa avanzada edad. Visualicemos el futuro e imaginemos que todos tenemos 85 años. Ahora, piensa en dos personas de tu alrededor. Uno de vosotros probablemente tenga la Enfermedad de Alzheimer. Y tal vez pienses, ‘bueno, no tengo por qué ser yo’. De acuerdo, pues eres el cuidador. De alguna manera, es probable que no afecte a todos esta enfermedad escalofriante. Parte del miedo del Alzheimer proviene de la sensación de que no hay nada que podamos hacer al respecto. A pesar de mucha investigación, aún no hay un tratamiento para la enfermedad y no existe una cura. Así que si tenemos la suerte de vivir bastante, el Alzheimer parecería ser el destino de nuestros cerebros. Pero tal vez no tenga que serlo. ¿Qué tal si te dijera que podríamos cambiar las estadísticas, literalmente cambiar el destino de nuestros cerebros, sin depender de una cura o los avances médicos? Comencemos mirando lo que actualmente se entiende sobre la neurociencia de la Enfermedad de Alzheimer, explicado en el libro Siempre Alice.

Lisa Genova

Esta es una imagen de dos neuronas conectándose. El punto de conexión, este espacio que engloba el círculo, se llama sinapsis. La sinapsis es donde se liberan los neurotransmisores. Aquí es donde se transmiten las señales, donde ocurre la comunicación. Aquí es donde pensamos, sentimos, vemos, escuchamos, deseamos y recordamos. Y la sinapsis es donde se desarrolla el Alzheimer. Acerquémonos a la sinapsis y veamos lo que sucede. Durante el proceso de comunicar información, además de liberar neurotransmisores como glutamato a la sinapsis, las neuronas también liberan un pequeño péptido llamado beta amiloide. Normalmente la microglía suele despejar el beta amiloide metabolizado, las células conserjes del cerebro. Mientras que aún se debaten las causas moleculares del Alzheimer, la mayoría de los neurocientíficos creen que la enfermedad empieza, cuando el beta amiloide empieza a acumularse. O se liberan demasiadas o no se despejan suficientes y la sinapsis empieza a amontonarse con la beta amiloide. Y cuando esto ocurre, se liga a sí misma, formando una acumulación pegajosa llamada placa amiloide.

¿Tienes 40 años o más?

Este primer paso hacia la enfermedad, esta presencia de placas amiloides acumulándose, ya se encuentran en nuestros cerebros. La única manera que tenemos para podernos asegurar que nuestro cerebro es vulnerable a la enfermedad de alzheimer sería mediante un escáner TEP (tomografía por emisión de positrones), porque a estas alturas, realmente estamos todos felizmente ignorándolo. No mostramos ningún impedimento de memoria, ni a nivel lingüístico o cognitivo, todavía. Se cree que la acumulación de beta amiloide toma de 15 a 20 años, antes de que llegue al punto crítico, que desencadena una cascada molecular que causa los síntomas clínicos de la enfermedad. Antes del punto crítico, nuestros lapsos de memoria podrían incluir cosas como ¿para qué he venido a esta habitación?, o ¿cuál era su nombre?, o ¿dónde he puesto las llaves? Ahora, antes de que cunda el pánico, porque sé que seguramente ya te habrá pasado, realmente estos olvidos son normales. De hecho podríamos argumentar que estos ejemplos tal vez no involucren la memoria, porque simplemente no has prestado atención a dónde has dejado las llaves, en primer lugar. Después del punto crítico, los fallos de memoria, lingüísticos y cognitivos son diferentes. En vez de encontrar las llaves en el bolsillo del abrigo, o en la mesa cerca de la puerta, las encuentras en el refrigerador, o las encuentras y piensas ‘¿para qué servían estas?’.

¿Qué sucede cuando las placas amiloides se acumulan hasta el punto crítico?

Las células conserjes, las microglías, se hiperactivan, liberan químicos que causan inflamación y daño celular. Pensamos que podrían incluso empezar a despejar las propias sinapsis. Una proteína de transporte neural crucial llamada ‘tau’ se vuelve hiperfosforilada y se entrelaza creando algo llamado ‘ovillos’, que ahogan las neuronas desde adentro. Para la etapa intermedia del Alzheimer, tenemos una inflamación masiva y ovillos, y una guerra sin cuartel en las sinapsis, y muerte celular.

Así que si fueras un científico intentando curar esta enfermedad, idealmente, ¿en qué momento intervendrías? Muchos científicos apuestan a la solución más simple: evitar que las placas amiloides lleguen a ese punto crítico, lo que significa que futuras medicinas se enfocarán en desarrollar un compuesto que prevenga, elimine o reduzca la acumulación de placas amiloides. Es probable que la cura de Alzheimer sea una medicina preventiva. Vamos a tener que tomar este medicamento antes de llegar a ese punto crítico, antes de desencadenar la cascada, antes de empezar a dejar las llaves en la nevera. Pensamos que es por esto que, hasta ahora este tipo de medicina ha fallado en las pruebas clínicas, no porque la ciencia no estuviera fundamentada, sino porque las personas en estas pruebas ya experimentaban los síntomas. Ya era muy tarde. Imagínate que las placas amiloides son como un fósforo.

Llegados al punto crítico, incendiamos el cerebro:

En el punto crítico, el fósforo incendia el bosque. Una vez que el bosque está en llamas, no sirve de nada apagar el fósforo. Hay que apagar el fósforo antes de que se incendie el bosque. Aún sin una solución científica, esta información nos da muy buenas noticias, ya que nuestros estilos de vida influyen en la acumulación de placas amiloides. Hay cosas que podemos hacer para evitar llegar a ese punto crítico. Visualicemos nuestro riesgo de Alzheimer con una balanza. Vamos a acumular riesgos en un lado, y cuando ese lado toque el suelo, emergen los síntomas y se nos diagnostica Alzheimer. Imaginemos que tenemos 50 años. Ya no somos jovenzuelos, así que hemos acumulado algunas placas amiloides con la edad; nuestra balanza se inclina un poco entonces. Ahora fijémonos en nuestro ADN. Todos heredamos genes de nuestros padres. Algunos genes aumentan el riesgo y otros lo disminuyen. Si eres como Alice en ‘Siempre Alice – Still Alice’, has heredado una mutación genética rara que produce el beta amiloide, y esto solo inclinará tu balanza al suelo. Para la mayoría de nosotros, los genes que heredamos solo inclinan la balanza un poco. Por ejemplo, APOE4 es un gen variante que aumenta el beta amiloide, pero podemos heredar una copia de APOE4 de nuestros padres y nunca contraer Alzheimer, lo que significa que para muchos nuestro ADN no es lo único que determina si contraeremos Alzheimer.

¿Qué pasa si no dormimos?

Al dormir las células gliales limpian el líquido espinal cerebral en nuestros cerebros, eliminando el residuo metabólico que se acumuló en las sinapsis mientras estábamos despiertos. Para el cerebro, el sueño profundo actúa como un limpiador. Bien, en el libro de Lisa – Siempre Alice – se explican más a fondo las consecuencias de no dormir.

¿Qué sucede si no dormimos lo suficiente?

Muchos científicos creen que el mal sueño podría ser un predictor de Alzheimer. Una sola noche de privación del sueño conlleva un aumento de beta amiloide. Se ha probado que la acumulación amiloide interrumpe el sueño, que, a su vez, provoca que se acumule más amiloide. Así que ahora tenemos esta retroalimentación positiva, que acelerará la inclinación en la balanza. ¿Qué más? La salud cardiovascular. La hipertensión, la diabetes, la obesidad, fumar y el colesterol alto. Se ha demostrado que todos elevan el riesgo de desarrollar Alzheimer.

Las evidencias científicas en las autopsias:

Algunas autopsias han revelado que hasta un 80% de las personas con Alzheimer también tenían una enfermedad cardiovascular. Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico disminuye el beta amiloide en modelos animales de la enfermedad. Así que un corazón sano y una dieta mediterránea ayudan a contrarrestar la inclinación de la balanza. Así que hay muchas cosas que podemos hacer para prevenir o atrasar el inicio de Alzheimer. Pero digamos que no hemos hecho nada de eso. Imaginemos que tenemos 65 años, corre el Alzheimer en nuestra familia, probablemente heredamos un gen que eleva un poco un lado de la balanza; además nos hemos desvelado mucho por la noche durante los últimos años y sólo corremos si nos persiguen. Imaginemos que nuestras placas amiloides han llegado a ese punto crítico. Un lado de la balanza ha caído al suelo. Se ha desatado un efecto dominó y se ha incendiado el bosque causando inflamación, ovillos y muerte celular. Deberíamos tener síntomas de Alzheimer. Se nos debería hacer difícil hablar, encontrar las llaves, y acordarnos de lo que he dicho al principio de este artículo. Pero tal vez no nos suceda porque hay algo más que podemos hacer para protegenernos de Alzheimer, de los síntomas de Alzheimer, aunque nuestro cerebro parezca tener un cuadro patológico completo; y tiene que ver con la neuroplasticidad y la reserva cognitiva. Recordemos que la experiencia de tener Alzheimer es en última instancia el resultado de perder sinapsis. En promedio, un cerebro tiene más de 100 billones de sinapsis, lo que es realmente fantástico; por lo tanto tenemos mucho con qué trabajar. Y no es un número estático. Ganamos y perdemos sinapsis todo el tiempo, mediante el proceso de la neuroplasticidad. Cada vez que aprendemos algo nuevo, creamos y fortalecemos conexiones neuronales nuevas, sinapsis nuevas. En el ‘Estudio de las monjas’, un estudio longitudinal, 678 monjas, todas sobre los 75 años al inicio del estudio, fueron observadas durando más de dos décadas. Se expusieron regularmente a exámenes físicos y cognitivos, y al morir donaron sus cerebros para realizar su autopsia.

Por qué la reserva cognitiva es mejor que los medicamentos:

Los científicos descubrieron algo sorprendente en algunos cerebros. A pesar de la presencia de placas, ovillos y atrofia cerebral, lo que aparentaba ser Alzheimer sin lugar a dudas, las monjas a las que pertenecían los cerebros no demostraron síntomas de esta enfermedad mientras vivían. ¿Cómo puede ser? Pensamos que se debe a que las monjas tenían un alto grado de reserva cognitiva, lo que significa que tenían más sinapsis funcionales. Las personas con más años de educación formal, con un alto grado de alfabetismo, que suelen involucrarse en actividades que estimulan la mente, todas tienen una reserva cognitiva mayor. Tenemos abundancia y redundancia de conexiones neurales. Así que, aunque tengamos una enfermedad como Alzheimer que comprometa alguna de las sinapsis, tenemos muchas conexiones de respaldo adicionales, y esto nos protege de darnos cuenta que algo anda mal.

Artículo relacionado: Escuchar música para paliar lo síntomas de la Enfermedad de Alzheimer.

Pongamos un ejemplo simplificado:

Digamos que solo sabemos una cosa de un tema, digamos que es sobre Lisa Genova  sobre su libro Siempre Alice. Sabemos, por lo tanto, que Lisa escribió ‘Siempre Alice’ y eso es lo único que sabemos sobre ella. Tenemos una conexión neural, una sola sinapsis. Ahora imaginemos que tenemos Alzheimer: tenemos placas, ovillos, inflamación y microglía devorando la sinapsis. Ahora, cuando alguien nos pregunta, oye ¿quién escribió ‘Siempre Alice’? no nos acordamos, porque esa sinapsis está fallando o directamente desapareció. Hemos olvidado para siempre a Lisa Genova. Pero ¿qué sucede si aprendemos algo más sobre Lisa? Digamos que sabemos cuatro cosas sobre ella. Ahora imaginemos que tenemos Alzheimer y tres de esas sinapsis están dañadas o destruidas. Aún tenemos una manera de darle la vuelta. Aún podemos recordar su nombre. Podemos resistir la presencia de una patología de Alzheimer mediante el desarrollo de rutas en buen estado. Y creamos estas rutas, esta reserva cognitiva al aprender cosas nuevas. Idealmente, se quiere que estas novedades sean lo más ricas en significado posible, involucrando la vista, la audición, las asociaciones y las emociones. En realidad, esto no se refiere a hacer crucigramas; porque no queremos simplemente recuperar información ya aprendida, porque esto es como viajar por calles ya familiares, cruzar vecindarios que ya conocemos. Queremos crear nuevas carreteras neuronales. Fortalecer el cerebro contra el Alzheimer significa aprender a hablar italiano, hacer nuevas amistades, leer un libro, o escuchar una gran charla de TED. Y, si a pesar de todo esto algún día se nos diagnostica con la enfermedad de Alzheimer, hay tres lecciones que Lisa Genova ha aprendido con su abuela y de docenas de personas que ha conocido que viven con la enfermedad.

1. El diagnóstico no quiere decir que moriremos mañana, nuestra vida continúa.

2. No perderemos la memoria sentimental, aún podremos sentir amor y felicidad.

3. Tal vez no recordemos lo que nos han dicho hace 5 minutos pero recordamos cómo nos han hecho sentir porque  somos más de lo que recordamos.

*Este artículo es una transcripción de la reciente conferencia TED de Lisa Genova, autora de Siempre Alice y el vídeo de la cual se encuentra a continuación:

Puedes activar los subtítulos en Español!

Aquí tienes el libro ‘Siempre Alice‘, de Lisa Genova:

[amazon_link asins=’8498723957,B00T9FFXU4,B015Z6D2I0′ template=’ProductCarousel’ store=’sedome0a-21′ marketplace=’ES’ link_id=’63f85934-3453-11e8-bfaa-17cf8ded7b12′]

demencia senil
https://www.sandrapamies.com

 

 

 

 

 

 

 

Sandra Pàmies. Especializada en Enfermedades Neurocognitivas. [sandrapamies.com]

Psicogerontóloga y RRHH en Sedome S.L, Servicios Sociosanitarios.

Traductora del MOOC francés Savoir Être Aidant.- Saber Ser Cuidador.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *