EL DUELO: ‘Mourning’ y ‘Grief’. Los dos conceptos Imprescindibles.

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El proceso de duelo incluye  todas aquellas conductas y sentimientos que son normales después de una pérdida.

En el duelo podemos encontrar sentimientos de tristeza, enfado, culpa, soledad, autorreproche, impotencia, insensibilidad, emancipación, alivio, fatiga, shock, etc.

Sensaciones físicas que experimentamos durante el proceso:

  • vacío en el estómago
  • opresión en el pecho o en la garganta,
  • hipersensibilidad al ruido,
  • sensación de despersonalización,
  • falta de aire,
  • debilidad muscular, y
  • falta de energía entre otras.

¿Cuáles son las características cognitivas del proceso?

Las cogniciones relacionadas ante una pérdida pueden ser de:

  • incredulidad
  • confusión
  • preocupación
  • alucinaciones (tanto visuales como auditivas).

¿Cuáles solemos comportarnos durante el proceso?

Las conductas que podemos experimentar ante una pérdida con las siguientes:

  • trastornos del sueño
  • trastornos alimentarios
  • aislamiento social
  • conducta distraída
  • sueños con el fallecido
  • evitar recordar al fallecido
  • buscar y llamar en voz alta
  • hiperactividad desasosegada
  • llorar
  • visitar lugares o llevar consigo objetos que recuerden o pertenecían al fallecido.

¿En qué se diferencian de la depresión?

Las conductas normales relacionadas con el duelo pueden ser similares a las que podemos manifestar en la depresión, pueden llegar a parecerse mucho y se debe tener en cuenta que un duelo puede desencadenar una depresión.

Es posible que la depresión se desarrolle como un mecanismo de defensa frente al duelo. No obstante, en el duelo no se observa una pérdida de autoestima cómo podemos encontrar en la mayoría de depresiones mayores.

El proceso del duelo

En la revisión científica sobre el duelo encontramos los conceptos de “mourning” y “grief, el primero se relaciona con el proceso que se produce después de una pérdida y el segundo a la experiencia personal de la pérdida. Las etapas del duelo han sido ampliamente estudiadas en la literatura científica (Parkes, Bowlby, Sanders entre otros), es importante resaltar que no tienen porqué desarrollarse de forma seguida u ordenada. Pueden solaparse entre ellas, alternarse o aparecer en diferentes periodos de tiempo.

Podemos categorizar como una primera etapa el período de insensibilidad que se produce en los momentos más cercanos a la pérdida. Dicha insensibilidad la experimentan muchos supervivientes ayudándoles a no focalizar su atención en la pérdida al menos durante un breve período de tiempo.

En una segunda etapa llamada anhelo, se anhela que la persona a la que se ha perdido vuelva y se niega la permanencia de la pérdida. La rabia puede jugar un papel importante en esta etapa.

En la tercera etapa llamada la de desorganización y desespero, se pueden encontrar dificultades para funcionar y desarrollarse en su día a día.

En la última y cuarta etapa, encontramos la fase de conducta reorganizada y recuperación de las actividades de la vida diaria anteriores.

Es interesante enfatizar el concepto de tareas de duelo en vez de fases o etapas, ya que ante una tarea podemos tomar cierta parte de responsabilidad y trabajar en el proceso de duelo, sin esperar en la pasividad a que las fases o etapas simplemente pasen.

¿Qué es el duelo complicado?

Puede identificarse un proceso patológico o complicado, cuando una persona por su propia voluntad pide ayuda ante un momento que le provoca un malestar más allá del que puede considerarse normal o cuando pide ayuda por otra dolencia (problema de tipo médico o psiquiátrico) sin ser consciente de que su malestar está relacionado con el duelo no resuelto.

¿Cuándo podemos estar ante un proceso complicado?

  • Cuando una persona no puede hablar del fallecido sin experimentar un dolor intenso y reciente.
  • Un acontecimiento relativamente poco importante desencadena una intensa reacción emocional.
  • En la entrevista clínica, aparecen temas de pérdida.
  • La persona que ha sufrido la pérdida no quiere desprenderse de posesiones materiales que pertenecían al fallecido.
  • La historia médica revela que la persona ha desarrollado síntomas físicos como los que experimentaba el fallecido antes de la muerte.
  • Cambios radicales en su estilo de vida.
  • Depresión subclínica, marcada por la culpa persistente y la baja autoestima.
  • Compulsión a imitar a la persona muerta.
  • El proceso complicado puede ser un impulso destructivo.
  • Tristeza inexplicable.
  • Fobia a la muerte o enfermedad.
  • Conocer circunstancias que rodean a la muerte puede ayudar al terapeuta a determinar la posibilidad de un proceso no resuelto.

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El tratamiento:

Es adecuado realizar un tratamiento terapéutico ante los siguientes casos:

  • Un duelo complicado que se manifiesta como un proceso prolongado: La persona es totalmente consciente de que no está llegando a una resolución adecuada del duelo. La razón que suele haber detrás de este tipo de duelo complicado es un conflicto de separación que impide completar una de las tareas del duelo.
  • El proceso doloroso se manifiesta a través de algún síntoma somático o conductual enmascarado: El paciente no es consciente de que el duelo no resuelto es la razón que hay detrás de los síntomas. Puede pasar si en el momento de la pérdida, no se produjo o se inhibió su expresión. Por consiguiente, no se completó y esto produjo complicaciones que emergieron más tarde como síntomas somáticos o conductuales.
  • El malestar se manifiesta con una reacción exagerada, como depresión o ansiedad excesiva.

Una de las funciones del terapeuta es proporcionar un sistema de apoyo social necesario para un duelo exitoso. Esencialmente da permiso al paciente para elaborar el proceso, permiso que en su medio social no tenía. La terapia de duelo puede realizarse en un contexto de terapia individual o en terapia de grupo.

Escrito por nuestra Psicóloga Forense y Psicogerontóloga, Serena del Pino. Con experiencia en Terapia Breve y Estratégica, Peritajes Forenses, Teleasistencia para personas mayores y con un gran afán por mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Autora:

Contenido. Serena del Pino. Psicóloga Forense y Psicogerontóloga. Asesoramiento Psicológico en Derecho Civil, Familiar y Laboral. serenadelpinopsicologia@copc.cat

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Referencias:

Worden, W. (1997) El tratamiento del Duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Editorial Paidós. 

Bleda, M., Cuairán, X., García, J., Gómez, M., Lacasta, M., Novellas, A., Rodríguez, V., Rovira, N., Sánchez, M., Serra, T., Soler, M., Fernández, E., Moral, B., Pin, O.,. (2017). Guía para familiares en el duelo.

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